3 - Consistencia y Usabilidad
Aunque como objetivo general el término consistencia hace referencia a secuencia de acciones, términos, unidades, colores o tipografía comunes dentro de un mismo programa de aplicación o un mismo escenario, la consistencia no tiene significado en sí misma, es inherentemente un concepto relacional.
Del mismo modo que la consistencia se presenta como uno de los factores más críticos, su no ausencia o los errores derivados de su mala administración se convierten en uno de los grandes problemas a resolver en los desarrollos de soluciones.
Por medio de la aparición de esta tipología de problemas, los usuarios quedarán desorientados o serán incapaces de navegar con fluidez por las distintas fases de los procesos planteados en las herramientas que se apliquen.
La única manera de afrontar este tipo de situaciones es desde una estrategia global que planifique dicha consistencia desde antes de iniciar el desarrollo y que sea capaz de articular acciones que permitan solventar aquellos errores propios del desarrollo. Y en el campo de la Experiencia del Usuario, este es el campo de la Arquitectura de la Información. Desde la AI será posible desde prototipar todos los elementos que estarán presentes en la aplicación a desarrollar y ver la interacción de todos ellos con el propósito de las tareas planteadas.
Wendy Kellogg sugiere dos vertientes distintas sobre la consistencia, que son perfectamente aplicables al mundo PDA:
• Consistencia descriptiva – son las propiedades para las que la interfaz de la aplicación
es elaborada las que determinan su consistencia o no.
• Consistencia evaluativo – es el uso que se le va a dar al desarrollo el que acabará
aportando las bases para determinar la consistencia de la interfaz.
En el caso del diseño de aplicaciones para PDA, podría determinarse que la consistencia descriptiva queda escalonada en dos niveles. El primero de ellos trataría cuestiones sobre apariencia estética o comportamientos, y el segundo sobre efectividad de uso.
Recomendaciones
• Es crítico tener en cuenta que en un entorno PDA, nunca hay que forzar al usuario a que suponga o adivine que palabras, situaciones o acciones distintas significan una misma cosa. Es imprescindible, seguir recomendaciones estipuladas y extendidas ampliamente para plataformas móviles.
• Es muy recomendable utilizar experiencias que sitúen al usuario dentro de su entorno cotidiano. Ello implica el conservar la consistencia de los modelos mentales utilizados, colores, iconos, etc.
• Desde el punto de vista de la usabilidad, la aplicación desarrollada, debería tener apariencia similar y comportarse de manera similar a otros productos o aplicaciones que el usuario utilice habitualmente. De este modo, su tránsito al terminal móvil será menos traumático. En este caso, es recomendable utilizar la mayoría de los estándares que entornos como Symbian o Windows tienen en sus aplicaciones. En ocasiones, reinventar la rueda tiene más pegas que beneficios.
• Durante las distintas fases de la aplicación, es crítico mantener referencias claras en el ‘look & feel’. Ello tiene una relevancia crítica especialmente en cuestiones de navegación. En este sentido, tanto la ubicación como la manera de accionarse los mecanismos de navegación han de permanecer consistentes en todas las fases disponibles.
• Aplique la consistencia igualmente tanto al lenguaje o a la ubicación de los botones de navegación (‘Guardar’, ‘Siguiente’, ‘Salir’, …). En este caso, no existe problema alguno en repetir tanto ubicaciones como terminología, ya que ello, proporciona consistencia a la aplicación y refuerza la sensación de ‘ubicación’ capacitando al usuario la creación de rutas o pautas de actuación memorizadas. En estos entornos más que en cualquier otro, cobra especial relevancia la máxima ‘reconocer y recordar antes que identificar’.
• Es muy recomendable proporcionar la documentación referente a los estándares sobre UI utilizados, poniendo especial énfasis al desarrollo que se ha respetado en la disposición de elementos en pantalla, tipografía, etiquetado, colores, tamaño de las fuentes, etc. Es imprescindible que dichos desarrollos sean realizados acorde a estándares internacionales.
Del mismo modo que la consistencia se presenta como uno de los factores más críticos, su no ausencia o los errores derivados de su mala administración se convierten en uno de los grandes problemas a resolver en los desarrollos de soluciones.
Por medio de la aparición de esta tipología de problemas, los usuarios quedarán desorientados o serán incapaces de navegar con fluidez por las distintas fases de los procesos planteados en las herramientas que se apliquen.
La única manera de afrontar este tipo de situaciones es desde una estrategia global que planifique dicha consistencia desde antes de iniciar el desarrollo y que sea capaz de articular acciones que permitan solventar aquellos errores propios del desarrollo. Y en el campo de la Experiencia del Usuario, este es el campo de la Arquitectura de la Información. Desde la AI será posible desde prototipar todos los elementos que estarán presentes en la aplicación a desarrollar y ver la interacción de todos ellos con el propósito de las tareas planteadas.
Wendy Kellogg sugiere dos vertientes distintas sobre la consistencia, que son perfectamente aplicables al mundo PDA:
• Consistencia descriptiva – son las propiedades para las que la interfaz de la aplicación
es elaborada las que determinan su consistencia o no.
• Consistencia evaluativo – es el uso que se le va a dar al desarrollo el que acabará
aportando las bases para determinar la consistencia de la interfaz.
En el caso del diseño de aplicaciones para PDA, podría determinarse que la consistencia descriptiva queda escalonada en dos niveles. El primero de ellos trataría cuestiones sobre apariencia estética o comportamientos, y el segundo sobre efectividad de uso.
Recomendaciones
• Es crítico tener en cuenta que en un entorno PDA, nunca hay que forzar al usuario a que suponga o adivine que palabras, situaciones o acciones distintas significan una misma cosa. Es imprescindible, seguir recomendaciones estipuladas y extendidas ampliamente para plataformas móviles.
• Es muy recomendable utilizar experiencias que sitúen al usuario dentro de su entorno cotidiano. Ello implica el conservar la consistencia de los modelos mentales utilizados, colores, iconos, etc.
• Desde el punto de vista de la usabilidad, la aplicación desarrollada, debería tener apariencia similar y comportarse de manera similar a otros productos o aplicaciones que el usuario utilice habitualmente. De este modo, su tránsito al terminal móvil será menos traumático. En este caso, es recomendable utilizar la mayoría de los estándares que entornos como Symbian o Windows tienen en sus aplicaciones. En ocasiones, reinventar la rueda tiene más pegas que beneficios.
• Durante las distintas fases de la aplicación, es crítico mantener referencias claras en el ‘look & feel’. Ello tiene una relevancia crítica especialmente en cuestiones de navegación. En este sentido, tanto la ubicación como la manera de accionarse los mecanismos de navegación han de permanecer consistentes en todas las fases disponibles.
• Aplique la consistencia igualmente tanto al lenguaje o a la ubicación de los botones de navegación (‘Guardar’, ‘Siguiente’, ‘Salir’, …). En este caso, no existe problema alguno en repetir tanto ubicaciones como terminología, ya que ello, proporciona consistencia a la aplicación y refuerza la sensación de ‘ubicación’ capacitando al usuario la creación de rutas o pautas de actuación memorizadas. En estos entornos más que en cualquier otro, cobra especial relevancia la máxima ‘reconocer y recordar antes que identificar’.
• Es muy recomendable proporcionar la documentación referente a los estándares sobre UI utilizados, poniendo especial énfasis al desarrollo que se ha respetado en la disposición de elementos en pantalla, tipografía, etiquetado, colores, tamaño de las fuentes, etc. Es imprescindible que dichos desarrollos sean realizados acorde a estándares internacionales.
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